Video de Eustaquio

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Érase una vez un carpintero, de nombre Eustaquio.

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Eustaquio vivía con su familia, en un pueblo de pocos habitantes.

 

Era un tipo muy amañado que usaba sus herramientas de carpintero como nadie.

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Durante años, aprendió el oficio de su padre, Martín.

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Cada mañana se levantaba al alba, para ayudarle en su taller de carpintería.

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Lo mismo había hecho su padre Martín, cuando era pequeño, ayudando al abuelo de Eustaquio.

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Y también lo había hecho el abuelo cuando era pequeño, con el bisabuelo de Eustaquio.

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Era una tradición familiar.

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Tanto es así, que las herramientas que Eustaquio usaba, esto es, el serrucho, las limas, el cepillo, la maza, el banco de trabajo y los sargentos, eran los mismos que su bisabuelo había usado durante años.

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Eustaquio siempre trabajó con esas mismas herramientas, en el mismo pueblo, y prácticamente, con los mismos clientes.

 

Y se sentía orgulloso de ello.

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La verdad es que, como historia nostálgica, la vida de Eustaquio suena fenomenal.

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Y lo mismo estarás pensando. 

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"Ya, ya. Todos conocemos el cuento de Pedro y el lobo".

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Sin embargo, este cuento dejó de ser útil cuando las velocidades del cambio empezaron a acelerarse.

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No sé de qué quinta eres tú.

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Pero si naciste antes de los años 70, de pequeños aún no usábamos ordenadores.

 

Ni teníamos smartphones.

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En clase de dibujo lineal, pintábamos con Rotring®.

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Nada de diseño asistido por ordenador, renderizado en 3D.

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Las máquinas de escribir eran mecánicas, y luego salieron las eléctricas.

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Uno de los primeros "videojuegos" que salieron, que se veía conectando la consola a la tele, y era el del tenis con la bola que rebotaba por la pantalla.

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Más tarde salió el Spectrum de 48k de Sinclair, y su archi-enemigo, el Commodore 64.

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Poco después aparecieron los primeros ordenadores 8086, los 8087, y los 80287, 80387, etc.

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Las primeras impresoras de agujas de carro ancho, medían casi 1 metro, usaban papel pijama, y eran lentísimas.

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Grabábamos en floppies de 5 1/4", luego en los discos de 3 1/2" y después salieron los discos duros, los pendrives y unos años más tarde la nube.

 

En esa época "acelerada" de cambios, salieron los primeros teléfonos móviles.

 

Lo que hoy los chavales llaman los Nokia Brick.

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El juego que tenía era el de la serpiente.

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En 2007 salió el 1º Iphone, y desde entonces nos hemos acostumbrado a pagar por el "móvil", hacer videoconferencias "gratis" con el otro extremo del planeta, e incluso ver las series a demanda.

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Ya no te extraña estar siempre conectado, y contestar mensajes en tiempo real, mientras accedes a contenidos creados por millones cada día.

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Ves series en la tele a demanda, aunque cuando éramos pequeños solo había 2 canales, y buena parte del tiempo estaba la carta de ajuste.

 

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Y todo eso ha pasado, más lo que viene desde que tú y yo, tenemos uso de razón.

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¡Joder, cómo estará flipando el bueno de Eustaquio!

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Pero es que encima, la cosa no ha parado aquí.

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Es que dentro de poco nos habremos acostumbrado a la nanotecnología, las empresas sin casi personas atendidas por robot, las entregas vía drone y la cirugía a distancia.

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Definitivamente, la velocidad de cambio, está pasando de lineal a EXPONENCIAL.

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Y a todo esto, ¿cómo vas a hacer para afrontar el futuro con tu empresa?

 

Mi sugerencia es que empieces a practicar lo que llamamos el "Estrabismo Vital".

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Si no conoces el término nos referimos a tener un ojo en el presente y otro en el futuro.

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Mirar al corto y al largo, a lo estratégico y a lo táctico.

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